La respuesta es correcta. La luz de emergencia es muy débil (0,5W) que en principio sirve para poco más que vernos las caras. En el quirófano se utiliza una luz muy potente y, al apagarse tras el corte, nos encontraremos tan deslumbrados que hasta pasado un tiempo no seremos capaces de adaptar nuestra pupila. Será lo justo para que si se alarga demasiado podramos cerrar, nada más. También hay quien utiliza luces de frente (como el casco de los mineros).
Los parámetros se obtendrán manualmente: el pulso lo podemos palpar en la femoral o ascultar con el fonendo, la respiración la vemos en el campo, la temperatura con un termómetro. Si no tenemos el monitor de control hay que conocer las alternativas.
Un saludo.
César González
